Hace tres semanas empecé mis
prácticas externas en una empresa de ecoturismo, y, el pasado martes, tuve la
oportunidad de hacer una ruta por esta bonita sierra acompañando al guía
principal. El grupo que vino a realizar esta magnífica ruta era un grupo de
gente jubilada que venían desde Inglaterra a Alicante para conocer nuestras
montañas y hacer lo que más les gusta, senderismo.
Durante el recorrido se podían ver distintos paisajes y panorámicas de los valles de alrededor y las demás sierras, además, desde un punto del recorrido se podían observar las ruinas de un castillo en lo alto de una montaña muy escarpada. Y durante la ruta, nos cayeron algunos copos de nieve, haciéndola más especial si cabe.
Pero, para mí, una de las mejores cosas
de la ruta fue poder hablar con cada uno de los participantes, ya que estos
jubilados, no son los jubilados a los que estamos acostumbrados, ellos tienen
una extensa lista de aventuras en sus mochilas, y es alucinante verlos moverse
por los senderos, ¡son como peces en el agua!
Sobre todo, me encantó escuchar
las mil y una aventura que me contó una de las participantes, esa pequeña y
dulce señora, había hecho senderismo por el Himalaya, por los Andes y por un montón
de sitios más, había visto las auroras boreales en Islandia, y había atravesado
ríos llenos de cocodrilos en Costa Rica, sin duda, ¡toda una aventurera! También
me contó que su hermana, otra viajera empedernida, en unos de sus viajes por África,
se enamoró de un poblado situado en Zimbabue, y se quedó allí a vivir, ayudando
a su gente y construyendo un colegio para que los niños pudiesen acceder a la
educación, sin duda otra impresionante mujer.
Este grupo, indudablemente, me ha
dejado huella, ha sido toda una experiencia y aprendizaje, espero que nuestros caminos
se vuelvan a cruzar algún día.
A continuación, pondré algunas
fotos del recorrido.
¡Hasta la próxima!
