El día 6 de abril al mediodía llegamos a nuestro siguiente
destino, el Parque Nacional de los Quetzales, en San Gerardo de Dota. Todos los
sitios en los que estuvimos fueron increíbles, pero San Gerardo me marcó, sentí
que me enamoraba profundamente de cada uno de sus rincones, ¡fue realmente
mágico!
Pasar de Tortuguero a San Gerardo fue un cambio drástico en
cuanto a paisaje y clima, ya que en Tortuguero hace mucho calor y estás a
orillas del Mar Caribe mientras que San Gerardo es alta montaña con un paisaje
increíble lleno de bosques espesos donde todo está recubierto por musgo.
Los paseos
por aquí transmitían paz y tranquilidad, el silencio solo era interrumpido por
las hermosas melodías de las aves. Aquí pudimos cumplir uno de nuestros sueños,
ver al fascinante Quetzal resplandeciente, tuvimos la suerte de tener un guía
muy bueno y pudimos observar durante un rato a esta impresionante ave a escasos
metros de nosotros.
San Gerardo es un sitio ideal para la observación de aves, hay una amplia variedad de éstas, nosotros pudimos observar muchísimas diferentes, aquí una pequeña muestra:
El alojamiento donde estuvimos fue la guinda del pastel, una
cabañita de madera con unas vistas insuperables, esto ayudó a que nuestro paso
por San Gerardo se grabara a fuego en nuestra memoria, porque despertar con
esas vistas no se olvida fácilmente.
Al final del día intentábamos identificar todas las aves que habíamos visto con nuestra guía de aves. |
Las vistas desde la ventana. |
En San Gerardo de Dota estuvimos un día y medio, hicimos dos rutas de senderismo y la ruta guiada para ver al Quetzal resplandeciente, estuvimos muy relajados y disfrutando de los agradables paseos por el bosque.